Implementar una buena operación y mantenimiento en una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) es la diferencia entre una instalación que cumple su propósito y una que se convierte en un problema costoso y ambiental.

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Una PTAR bien operada y mantenida garantiza que el agua que descarga cumple con los límites máximos permisibles de contaminantes establecidos por normativas como la NOM-001-SEMARNAT-2021, no hacerlo conlleva multas elevadas, sanciones, clausuras e incluso responsabilidades legales.

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Un buen O&M asegura que los procesos de tratamiento remueven eficientemente la materia orgánica, sólidos suspendidos, nutrientes y patógenos, evitando problemas con las autoridades.